La primera fase en la búsqueda de trabajo puede ser saber a qué te quieres dedicar, pero para mí hay algo que hay que descubrir antes.
Cuando trabajo con mis clientes sobre esto, hablamos de cuáles son sus talentos, sus capacidades, sus experiencias, sus gustos, sus valores y creencias, cuánto quieren cobrar, etc. y a qué se quieren realmente dedicar.
Pero la primera pregunta que les hago es: ¿Qué quieres que te aporte tu trabajo? Las respuestas son variadas: aprendizaje, bienestar, comodidad, dinero, etc. Sin embargo, hay una que une a todas ellas y que siempre escucho, FELICIDAD.
¿Qué tiene que tener un trabajo para hacerte feliz?
Para mi esta pregunta es muy grande, muy poderosa y ayuda a muchas personas a encontrar y disfrutar de su trabajo.
Hace ya algún tiempo, y después de trabajarlo mucho en mí, llegué a la conclusión de que tiene una respuesta: EQUILIBRIO.
Y, ¿a qué me refiero con equilibrio?, para que nos haga feliz un trabajo, tiene que tener en similares proporciones estos tres condimentos:
1. Satisfacción personal: tiene que ser un trabajo que te guste realizar, con el que te sientas a gusto, en los que estén alineados tus valores, tus principios y tus talentos. Un trabajo al que te guste ir cada día, al que vayas contento/a. Tú sabes de lo que te estoy hablando, un trabajo que te permita dar lo mejor de ti y además hacerlo disfrutando.
2. Reconocimiento transcendental: no hablo de que hagas tu trabajo para que los demás te lo reconozcan, hablo de que tu trabajo tenga un propósito, un sentido para aquello que se realiza, que cubras una necesidad, que ayudes a alguien, que tenga un para qué potente y claro para ti, que puedas percibir que tu trabajo merece la alegría. Los seres humanos necesitamos sentirnos útiles y ayudar a los demás, y esto es maravilloso.
3. Dinero: tu trabajo te tiene que proporcionar una cantidad económica como contraprestación de lo que haces. Además, tiene que ser un importe con el que te sientas cómodo/a y que te de la posibilidad y las oportunidades de vivir con la calidad de vida económica que tú elijas vivir.
Cómo ves, no vale que un trabajo te aporte mucha satisfacción personal y muy poco dinero, porque al cabo de un tiempo, lo que pasa, es que sientes que no estás recibiendo lo justo por lo que haces, empiezas a sentirte mal contigo mismo/a y empiezas a realizar, aunque sea de forma inconsciente, el trabajo de una manera diferente, por lo que el reconocimiento, también se ve tocado y a veces hundido.
Es una cadena, ser feliz con un trabajo requiere un EQUILIBRIO de estos tres factores. Piensa en diferentes situaciones, compruébalo tú; por ejemplo: otra situación, es el/la que gana el dinero que quiere, pero se siente vacío/a, no encuentra satisfacción personal al realizar su trabajo.
A veces, encontrar este equilibrio parece una utopía, pero la mayoría de las veces, es sólo trabajar qué queremos, cómo lo queremos y hacía donde queremos ir. Es meternos dentro de nosotros/as y escucharnos. Es empezar a poner nuestros límites en lo que realmente nos hace felices. Es tener dignidad y respeto hacia nosotros/as mismos/as. En definitiva es amarnos, amar y tener claro que lo importante de cada uno/a es su ser. Que tenemos la oportunidad cada día de levantarnos y crear nuestra realidad y que es nuestra responsabilidad encontrar ese equilibrio.
Y ahora, ¿qué vas a hacer tú para ello?