Nacen en 1985 como fórmula de empleo para personas con discapacidad. Son empresas promovidas principalmente por asociaciones de personas con discapacidad y/o sus familiares, sin perjuicio de que cualquier persona física o jurídica pueda constituir uno.
El objetivo principal de estos centros es la integración laboral y por tanto social de personas con discapacidad.
Para obtener la calificación de Centro Especial de Empleo, las empresas deben contar en su plantilla con un mínimo del 70% de trabajadores con discapacidad y solicitar la correspondiente calificación a la administración competente.
Hablar de los CEE, como en cualquier otro sector empresarial, es hablar de multiplicidad de características y modelos de gestión, en un sector, que además está en continua adaptación con el entorno. No pudiendo establecerse generalidades ni de sector ni de actividad, ni de tamaño. Así, existen muy diferentes tamaños (desde un trabajador a más de mil). Desarrollan muy diversas actividades y, si bien nacen ligados a la subcontratación industrial, han ido abriéndose a nuevos mercados que les han llevado tanto a la producción de bienes, como a la cada vez más presente prestación de servicios, tanto en sectores tradicionales, como punteros.
De hecho, en algunos sectores, como
lavandería Industrial, son líderes absolutos del sector.
Su carácter empresarial ha supuesto su compromiso con la calidad y el medioambiente, que ha llevado a muchos CEE a la obtención de los certificados correspondientes.
Entre aquellas actividades más conocidas encontramos:
Limpieza, telemarketing, montajes industriales, manipulados, tratamiento de datos, textil, imprenta, jardinería.
Y también presentes en actividades menos conocidas:
Gestión integral de residuos hospitalarios, consultoría
de dirección y gestión empresarial,
desarrollo de proyectos de accesibilidad, gestión integral y desarrollos tecnológicos, correduría de seguros, servicios de logística…
Mª Begoña Mendez-Aguirre Crespan